Este martes 20 de junio en el Congreso de la República, tras varios intentos de debate fallidos por la falta de quorum el proyecto de reforma laboral, PL367 de 2023, no superó definitivamente el primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes.
En la sesión del 15 de junio, el Gobierno logró que se discutiera el informe de su ponencia y se esperaba que en la sesión del 20 de junio hubiera lugar al primer debate del articulado, primer paso esencial para la eventual sanción del proyecto como ley de la República. Sin embargo, tampoco hubo quorum, cerrando la oportunidad de que el Proyecto de Reforma Laboral continuara el trámite legislativo.
De igual manera, tampoco podrá ser discutido en las sesiones extraordinarias del congreso, al no haber sido debatido en la Comisión Séptima durante las sesiones ordinarias y, de hecho, ni siquiera fue incluido por el Gobierno Nacional en el Decreto del 20 de junio de 2023 que definió temas puntuales para debate en oportunidad extraordinaria.
En principio, Chapman Wilches hizo parte de las mesas técnicas en las que se discutió el proyecto de ley, intentando, decididamente, construir una reforma para todos, que tuviera énfasis en las prioridades del mercado laboral: los desempleados (cerca de 3 millones de colombianos), los informales (el 60% de la población que labora), las personas que no buscan empleo requiriéndolo, así como, la realidad de nuestro tejido empresarial, conformado en un 98% por micro y pequeños empresarios. La intención, no solo de la firma, sino en general del sector empresarial, que percibimos en la mesa técnica de primera mano, era el de construcción y conformación articulada de una reforma para todos.
Infortunadamente, no fuimos escuchados, el Gobierno organizó un debate en el que le dio prevalencia a lo ideológico, sin importarle la destrucción de empleos formales que el propio Banco de la República advirtió y de múltiples emprendimientos, empleadores y en general, de la fuente de trabajo. Por lo que, ante esa imposibilidad de construir una reforma, nos vimos avocados a cambiar de estrategia e impulsar que esta fuera descartada.
Esto, lo hicimos con una estrategia de comunicación y participación en diversos escenarios gremiales, sociales y políticos, que pusiera de presente a la población los graves consecuencias de que se aprobara la reforma planteada por el gobierno, elevando el nivel de la discusión, pero logrando que esta alcanzara a la generalidad de la población. La reforma laboral no es un tema de unos pocos, sino que finalmente afecta a la totalidad de los colombianos.
El martes 20 de junio, ese objetivo que propendía por los intereses del país fue logrado. Celebramos el triunfo del país, porque demostramos en este debate que somos una sociedad activa, que defiende los intereses generales y la argumentación técnica. Que en Colombia existe una democracia representativa, pero con verdadero control social cuando quiera que haya iniciativas que van en contra de la mayoría. El hundimiento de la reforma laboral debemos verlo como la gran oportunidad para construir país.
Chapman Wilches, desde una construcción colectiva, ha elaborado un proyecto de reforma laboral para todos, el cual presentaremos a las organizaciones sindicales, a los gremios, al Gobierno y partidos políticos, para su consideración, con el objeto de construir un proyecto de reforma que sea radicado el próximo 20 de julio, al inicio de la segunda legislatura. Reto gigante, en el cual pondremos todo nuestro acostumbrado empeño.
Meses de arduo trabajo dieron resultado, salvamos más de 450.000 empleos formales que el Banco de la República anticipaba se perderían con la reforma. Debemos estar orgullosos como país, lo técnico venció lo ideológico.
Estamos abiertos a sus comentarios y discusiones. La mejor reforma laboral será la que construyamos entre todos, pero también aquella que priorice a los más vulnerables, que son los desempleados e informales, pero que al mismo respete la innegable preponderancia del sector empresarial como fuente de empleo.